Que la presidenta del Banco Santander, Ana Botín, se haya declarado feminista en varias ocasiones no es raro en un momento en el que cada vez más los grandes grupos empresariales hablan de igualdad de género y diversidad en términos de rentabilidad, éxito y competitividad. Al discurso corporativo que relaciona una mayor presencia de mujeres con unos mejores resultados ya se ha sumado incluso Goldman Sachs.
Mientras tanto, muchas de las grandes compañías del IBEX 35 ni siquiera cumplen con la paridad hacia la que enfocan la mayoría de sus políticas de igualdad. Pero más allá de la mera presencia de mujeres –que, por lo general, no llega ni siquiera a suponer el 30% en los órganos de toma de decisiones–, estas empresas arrastran, año tras año, una brecha salarial entre hombres y mujeres que en algunos casos –esta vez sí– ronda el 30%.
Según el último informe de Oxfam Intermón, publicado esta semana, la desigualdad salarial en las empresas del principal selectivo español –tanto de género como entre sueldos más altos y los medios– es uno de los grandes lastres de estas compañías. Sobre la primera, esta investigación apunta a que el conjunto de las empresas del IBEX presentaba en 2019 la misma diferencia entre los sueldos medios de mujeres y hombres que el año anterior: un 15%. El Banco Santander dobla este promedio y alcanza el primer puesto de la lista de compañías con una mayor desigualdad salarial en términos de género; en la sociedad que preside Ana Botín, el salario medio de los hombres es un 31% superior al de las mujeres. Por debajo están Endesa y ACS, donde la diferencia es del 30%, tal y como desgrana el citado informe.
Un «compromiso estratégico» para el Santander
El año pasado, Ana Botín calificó la diferencia salarial en puestos de trabajo equivalentes como «inaceptable». «Debe eliminarse», dijo, sobre un problema que lejos de estar fuera de su esfera, afecta de manera importante a la compañía que ella misma preside. Lo que en su banco, y de manera estratégica, llaman «equidad salarial de género» –comparar los suelos de hombres y mujeres que desempeñan el mismo trabajo al mismo nivel y con las mismas funciones–. Un problema para el que la empresa busca soluciones –según explican desde el Banco Santander a La Marea– desde 2019: «Estas acciones incluyen revisiones sistemáticas ligadas a los ciclos de remuneración –promociones y bonus basados en meritocracia–, calibración de la estructura de puestos y programas de desarrollo profesional para apoyar la incorporación de talento diverso».
Apoyar empresas que favorezcan la igualdad de género es lo justo y además es una buena inversión. Enhorabuena @SantanderAM por seguir ampliando la gama de fondos de inversión sostenible, ahora además con criterios de igualdad y liderazgo femenino. https://t.co/ZY52Q7TNA2
— Ana Botín (@AnaBotin) October 9, 2018
Para el Banco Santander, la cifra correspondiente a 2019 es «ligeramente mejor» que la del año anterior, pero la diferencia es mínima: un 30,8% en el último año respecto al 30,9% de 2018, tal y como explican desde la financiera. «Sin embargo, hay logros destacados, como el 15% de crecimiento de mujeres en cargos directivos en los últimos dos años, y el hecho de que las promociones de mujeres a los puestos más altos se haya duplicado desde 2017. Garantizar la igualdad salarial entre hombres y mujeres es otro de nuestros compromisos estratégicos», añaden en respuesta a La Marea.
Líderes en el Índice de Igualdad de Género de Bloomberg
Este año el Banco Santander pasó a liderar el Índice de Igualdad de Género de Bloomberg de 2020 con una puntuación de 429 sobre 500. Entre las cuestiones que se valoran está la «paridad salarial de género», pero también las políticas contra el acoso sexual, la dimensión del talento y el liderazgo femenino y una marca inclusiva y «en favor de la mujer». En esto último ha insistido su presidenta, Ana Botín, a través de sus redes sociales, desde las que, en los últimos dos años –coincidiendo con una explosión del feminismo en las calles que ha trascendido también a otros espacios– se ha declarado feminista.
En 2019, el Banco Santander también fue reconocido como el banco más sostenible del mundo en el Índice de Sostenibilidad Dow Jones –una variante del índice bursátil de Nueva York Dow Jones que atiende exclusivamente a la responsabilidad ambiental– a pesar de que la compañía de Botín está incluida en numerosos informes como una de las entidades que más financian la industria de los combustibles fósiles.