Desde que su matriz italiana Enel le despojara de todos sus activos en América Latina, Endesa ya solo tiene operaciones en el mercado eléctrico en España, Portugal y Marruecos. Pero, además, controla una importante filial en los Países Bajos desde comienzos de la década de los 90, aunque en ese país no opera centrales ni provee energía a particulares . Se trata de una empresa que le permite financiarse a bajo costo, evitando que sus acreedores paguen impuestos en España.
El sistema que emplea es sencillo: la filial de Endesa en Holanda se llama International Endesa BV y su único propósito consiste en emitir bonos de deuda privada y solicitar y recibir préstamos internacionales. El dinero que se capta en los mercados financieros mediante estos mecanismos llega a Holanda y luego se transfiere a España, donde es empleado por las distintas eléctricas del grupo Endesa. Después, cuando es el turno de devolver esta deuda con sus intereses, los fondos vuelven a transferirse a Holanda y desde ahí se paga a los acreedores.
Endesa podría hacer lo mismo desde España, ahorrándose el paso intermedio por Holanda, pero eso le saldría más caro. En España, cuando una empresa devuelve dinero a otra (salvo que el receptor sea un banco español), Hacienda retiene el 19% de los intereses pagados. Al operar a través de Holanda, se evita esta retención para los acreedores.
Los intereses vuelven a los Países Bajos sin que se practique retención porque una directiva comunitaria lo permite entre países de la Unión Europea. Posteriormente, cuando la filial de Endesa en Holanda paga a sus acreedores, tampoco se le aplica ningún impuesto, porque el pago de intereses no está gravado en Holanda. Así, los grandes bancos de inversión que financian a Endesa reciben sus intereses íntegros sin que el fisco de uno u otro Estado los toque. Esto implica que Endesa puede financiarse de forma más barata, lo cual aumenta el beneficio. También conlleva que los acreedores de la eléctrica no pagan impuestos en España.
El asesor de Oxfam Francis Weyzig realizó en 2013 un estudio para la Universidad de Nimega sobre el uso de Holanda para este tipo de operaciones. Weyzig concluyó que España, junto con Portugal e Indonesia, son los tres países más afectados por el uso de sociedades holandesas para evitar la retención de impuestos por el pago de intereses. Este académico cita como ejemplo a Endesa, pero también a Telefónica, Repsol, Red Eléctrica, Abertis, Iberdrola y Unión Fenosa, que utilizan la misma técnica. «Probablemente, los vehículos financieros holandeses contribuyeron a evitar el pago de más de 50 millones de euros en retenciones a intereses en 2010 en cada uno de estos tres países», afirma Weyzig.
Endesa se financia en gran parte a través de Holanda, como muestran sus cuentas. Tiene su propia financiera, International Endesa BV, que solo en 2016 prestó 816 millones de euros a sus filiales en España. También recurre a las empresas que Enel, su matriz, tiene en Holanda para el mismo fin.
Paraísos del Caribe
Hasta que Enel tomó el control de las filiales de Endesa en América Latina en 2014, la compañía española manejó al menos una parte de sus negocios en la región a través de múltiples ‘sociedades de cartera’ en las Islas Caimán.
La información sobre estas sociedades en el Caribe que propiciaba Endesa en su día resultaba algo confusa. En el año 2000, la compañía informaba de que tenía cuatro empresas en Grand Cayman (Islas Caimán) destinadas a la compraventa de acciones. En 2011, solo le quedaban dos de las que había reportado una década antes. En 2014, sin embargo, al pasar todo el negocio latinoamericano a manos de Enel, Endesa volvió a anunciar que tenía cuatro sociedades en el archipiélago. Ninguna de ellas había figurado antes en los informes de la eléctrica.
De hecho, en sus informes anuales, Endesa explicó que estas cuatro compañías (Inkia Holdings, Latin America Holding I, Latin America Holding II y Southern Cone Power) se habían incorporado a su «perímetro de consolidación» solo entre abril y octubre de 2014. En otras palabras, Endesa solo admitió su existencia al tener que vendérselas a su matriz, Enel, e inmediatamente dejó de reportarlas. En la actualidad, no aparecen entre las empresas que admite controlar Enel.
Además de las sociedades en las Islas Caimán, Endesa controlaba Carboex, una antigua corporación pública dedicada a la importación de carbón. Esta empresa tuvo dos filiales en las Islas Bahamas, Carboex International y Carboex First Investment, que fueron utilizadas en operaciones internacionales para comprar y vender carbón para las centrales térmicas de Endesa. Ambas se extinguieron con la disolución de Carboex a principios de 2016.
Las sociedades en paraísos fiscales como las Islas Caimán no son ilegales ni siempre tienen por qué proporcionar ventajas fiscales. Por ejemplo, estas empresas pueden emplearse para figurar como propietarias de ciertas acciones con el fin de proteger a una empresa de denuncias o expropiaciones. Sin embargo, también pueden ser usadas en complejas operaciones financieras para evitar retenciones fiscales en el pago de dividendos en los países donde se producen realmente esos negocios.
Todos los caminos llevan a Amsterdam
Ahora es la matriz Enel la que maneja esta red de sociedades en varios paraísos fiscales. La eléctrica italiana tiene millones de clientes en el mundo, pero Holanda no es uno de estos países. Sin embargo, Enel, según sus cuentas de 2016, tuvo en los Países Bajos unos ingresos brutos que ascendieron a 3.554 millones de euros. Holanda, de hecho, fue el tercer país en el que más ingresos generó Enel, solo por detrás de Italia y España.
Esto es así porque Enel concentra en Holanda sus operaciones de financiación a través de una empresa llamada Enel Finance International NV. Como hace Endesa, Enel también utiliza una intermediaria en ese país para obtener fondos sin que sus acreedores sufran retenciones.
La financiera internacional de Enel, sin embargo, es mucho mayor. Según sus informes, en 2016 ingresó 2.185 millones de euros procedentes de sus filiales en todo el mundo, entre ellas la propia Endesa, y registró deudas por cobrar de más de 20.000 millones de euros.
Sin embargo, el uso que hace Enel de Holanda va más allá de la financiación. En los Países Bajos están registradas las empresas del holding que aglutina las participaciones del gigante italiano en Europa (en todos los países salvo España e Italia) y hasta 2015, varias sociedades holandesas también eran propietarias de toda la división de energías renovables del grupo, incluidos, por ejemplo, parques eólicos en España.
Esto implica que las acciones de Enel, en todos esos países, no son (o eran) propiedad de una sociedad italiana, sino de un holding holandés, que a su vez es de propiedad italiana. El holding que aglutina la actividad en Europa se llama Enel Investment Holding BV y el que aglutinaba las renovables hasta hace dos años, Enel Green Power International BV.
Estar domiciliado en Holanda tiene sus ventajas. La hacienda del país, como se ha mencionado antes, no practica retenciones en el pago de intereses ni de royalties, y además permite que los dividendos obtenidos en el exterior o las ganancias por ventas de acciones no se incluyan en la base tributaria para calcular el impuesto de sociedades. Además, este país ha suscrito gran cantidad de acuerdos fiscales con otras naciones para que a las empresas radicadas en los Países Bajos no se les practiquen retenciones allí donde operan y puedan repatriar sus fondos limpios.
No es casualidad que Enel acumule en Holanda varios miles de millones en reservas. Según sus respectivas cuentas anuales, Enel Finance International BV tenía en 2016 unos 1.350 millones de euros listos para ser repartidos, mientras que Enel Investment Holding BV poseía otros 2.400 millones de euros para distribuir entre sus accionistas.
El Estado holandés permite trasladar fondos sin practicar retenciones a lugares como las Antillas Holandesas, Curaçao o Barbados, en los que básicamente no se pagan impuestos por los ingresos. Eso es también un incentivo para todos aquellos que tienen sociedades en ese tipo de territorios y que, con frecuencia, son accionistas de grandes empresas como Enel.