Las altas temperaturas se juntan con un fuerte viento caliente que te seca los ojos. Los vecinos y vecinas de Belvís de Monroy (Cáceres) salvan el inicio de la ola de calor en la piscina municipal de la localidad. Será el agua la que les ayude a hacer más llevadera la canícula. Y es el agua la que les ha situado en el foco mediático en los últimos días. Lo sabe bien Marcos Pascasio, alcalde del municipio, quien se ha erigido como una de las caras visibles de la crítica hacia el vaciamiento del embalse de Valdecañas por parte de Iberdrola. Una pequeña carta en un medio local fue el detonante: “Tenía que denunciar la barbarie que habían hecho”.
“Parece que ya están aportando algo de agua y que ha subido un poco el nivel”, es lo primero que explica desde el recinto de la piscina. Una mínima alegría después de 10 días intensos en los que estuvieron cerca de quedarse sin agua corriente. Fue el propio Pascasio quien, tras los primeros fallos de las bombas de extracción de agua, se acercó a comprobar que el sistema funcionaba correctamente. No era un problema electromecánico, el motivo era otro: la eléctrica vasca había bajado tanto el nivel del agua para turbinar en la presa que los tubos se habían quedado al aire.
“La consecuencia de esto es que estuvimos 24 horas sin poder suministrar agua al núcleo urbano de Belvís de Monroy. Tuvimos que aportar agua del remanente del depósito de Casas de Belvís, pero el problema era que si no arreglábamos la situación rápido, dejábamos a los dos núcleos de población sin abastecimiento de agua”, explica. Ampliaron el carrete de la bomba y lo consiguieron.