Casa con lona azul en el techo tras el paso del huracán María en Dorado, Puerto Rico. SOUTH ATLANTIC DIVISION / Licencia CC0

Mapfre: litigios abiertos por el mundo tras varias catástrofes naturales

En el consejo directivo de 1969, el presidente de Mapfre, Ignacio Hernando Larramendi, ya avisaba de que el objetivo del grupo en la siguiente década era la expansión internacional. “La zona más adecuada para iniciarla es Hispanoamérica”, aclaró entonces. Larramendi veía a España y Latinoamérica integradas en una misma unidad cultural. 

Tal y como detallan Leonardo Caruana y José Luis García en su historiografía sobre la internacionalización de Mapfre, la empresa inició una campaña de relaciones públicas en el continente americano. Para ello, lo primero que hizo fue fundar una editorial dedicada a publicar libros sobre la actividad aseguradora, el Diccionario básico de seguros. 

Sin embargo, Mapfre no era tan poderosa como para lanzarse directamente al mercado. Por este motivo, comenzó operaciones de coaseguro y reaseguro en Europa. Estas se dan entre compañías aseguradoras para repartir el riesgo y el beneficio de los contratos de una de ellas. Así estableció relaciones con otras empresas de Bélgica, Países Bajos, Alemania, Francia, etc. 

Hubo dos años clave para la compañía: Mapfre se convirtió en la empresa líder del mercado asegurador en España en 1983. Un año después, en 1984, pasó a ser una compañía internacional con la compra de participaciones en la sociedad colombiana Seguros Caribe. Mapfre prefirió expandirse en Latinoamérica no solo por la conexión cultural, sino porque no podía competir en ese momento en un mercado europeo más saturado, con menos beneficios y en el que España aún era un país con restricciones en el mercado de divisas.

Según Caruana y García, otro de los hitos que más afianzó su presencia y prestigio en el continente fue, paradójicamente, el terremoto de Ciudad de México en 1985, el cual costó a Mapfre 650 millones de pesetas. Sin embargo, su rápida colaboración en la peritación y la agilidad en los pagos de las indemnizaciones le sirvió para forjarse una reputación muy positiva. 

A partir de ahí, Mapfre aceleró las adquisiciones en Suramérica y Centroamérica. En 1986 compró la mayoría del capital de la aseguradora argentina Aconcagua, casi la mitad de la sociedad chilena Cía y creó Mapfre Corporation Florida. Asimismo, abrió una oficina de representación en Asia, en Filipinas. 

En los años 90 del siglo pasado, siguió su expansión por Portugal, Colombia, Brasil, Perú y Venezuela, al mismo tiempo que afianzaba su posición en Argentina, México, Chile y Florida. En 1992, se comienza a crear una red de oficinas en Portugal, siguiendo el mismo modelo de implantación directa que había en España. Al final de la década, más de un tercio de los ingresos venían de fuera de España

Mapfre no sigue el modelo que la hizo crecer

En la actualidad, Mapfre opera en 49 países repartidos por todo el globo. Está presente en la mayor parte de Suramérica y Centroamérica, así como en grandes zonas de Europa. También tiene negocios en algunos países de Oriente Medio y el Este de Asia, como Japón, China o Filipinas. No obstante, su mayor volumen de ingresos sigue procediendo de España, con más de un tercio del volumen de negocio. Le siguen Brasil, con un 15%, y Estados Unidos, con un 8%.

Sin embargo, al contrario que pasó en México en el 85, Mapfre tiene una serie de litigios abiertos alrededor del mundo por lentitud y subvaloración de pagos después de catástrofes naturales. 

Por ejemplo, en las Islas Vírgenes, tras el paso de varios huracanes en 2017, Mapfre cifró los daños causados en 10.000 dólares, según publicaba el medio local The St. Thomas Source. De acuerdo con el periódico web, la baja cantidad ofrecida llevó a un grupo de afectados a presentar una denuncia contra la compañía. La acusación esgrime que Mapfre contrató a peritos “mal pagados y sin cualificación” que realizaron rápidas inspecciones de “15 minutos”. El peritaje de la acusación estimó los daños en 738.000 dólares, 70 veces más que lo ofrecido por Mapfre. 

Otro caso muy parecido ocurrió en Puerto Rico, también en 2017, tras el paso del huracán María. Según el medio Florida Politics,  en los tribunales puertorriqueños a Mapfre se le acumulan demandas por valor de 4.000 millones de dólares en daños no cubiertos. Tal y como añadía The New York Times, cuando Mapfre se ha ofrecido a hacerse cargo de los daños, lo ha hecho ofreciendo cantidades mucho más bajas que las estimadas por peritos públicos. Por ejemplo, Mapfre ofreció 612.000 dólares por daños que fueron estimados en 62 millones de dólares, explicaba el tabloide neoyorquino

Además, en febrero de 2018, el Comisionado de Seguros de Puerto Rico multó a Mapfre con más de un millón de dólares por retrasar demasiado los pagos, algo que va en contra de la ley de Puerto Rico, según recalcaba el The St. Thomas Source. Fuentes de la compañía han declarado a este medio que Mapfre ha pagado 1.500 millones de dólares en indemnizaciones en Puerto Rico. “Son grandes eventos con múltiples afectados en los que la litigiosidad se va gestionando a medida que se produce y conforme va determinando la justicia en caso de controversia en la interpretación”, defienden en respuesta a las preguntas de lamarea.com.

Una tercera denuncia de impagos por parte de Mapfre ocurrió en Tlahuelilpan (México). En 2019, un oleoducto propiedad de PEMEX explotó y causó la muerte de 73 personas y heridas a otros tantos. “Mapfre, como empresa aseguradora de PEMEX, debería haber puesto medios inmediatamente para trasladar y cuidar a los heridos y a sus familias. Sin embargo, no movió ni un peso”, explica a este medio el doctor Jesús Alberto Guerrero, presidente de ONRE, la asociación civil que está liderando la denuncia colectiva contra Mapfre por incumplimiento de póliza. “La mayoría de los heridos murieron por falta de atención. Los hospitales públicos y la Cruz Roja no podían tratar adecuadamente a los quemados”. 

Según Guerrero, Mapfre se defiende con que la explosión fue causada por un acto malintencionado. Es decir, era un robo de petróleo. En México, esa práctica (conocida como huachicoleo) es bastante común. Suele ser llevada a cabo por grupos más o menos organizados que abren un agujero en el conducto y canalizan el combustible a tanques ya preparados. “Aquí había centenares de personas alrededor de dos puntos de fuga recogiendo petróleo con recipientes caseros”, explica Guerrero.

Mapfre recibió 600 millones de dólares de PEMEX por asegurar a la compañía petrolera mexicana. “La póliza de responsabilidad civil también cubre hasta 50 millones de daños en casos malintencionados”, continúa Guerrero. Si la justicia dictamina que no fue un acto malintencionado sino una fuga fortuita, la empresa española debería hacerse responsable de hasta 500 millones de euros. Sin embargo, la demanda está paralizada en el lento sistema judicial mexicano. “Llevamos tres años desde la denuncia (2019) y aún no hemos llegado a la fase de entregar las pruebas”, recalca Jesús Alberto Guerrero. 

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