Acciona, Iberdrola, Mapfre y Repsol. Son las cuatro empresas de IBEX 35 “que más parecen contribuir a incrementar la desigualdad”. Así lo denuncia la organización Oxfam Intermón en un de sus últimos estudios, señalando la “alta” aportación de la petrolera española en el acrecentamiento de la desigualdad.
Uno de los motivos hacia el que apunta el informe es la diferencia que existe entre el sueldo más alto y el sueldo medio de la compañía, que en el caso de Repsol fue de 76 veces durante el año 2019. Según los últimos datos que aporta la compañía, durante el ejercicio 2020, el consejero delegado Josu Jon Imaz cobró 3,7 millones de euros. El presidente Antonio Brufau, por su parte, se embolsó prácticamente 2,8 millones de euros.
Un vistazo al último Informe de Gestión Integrado permite vislumbrar algunos datos que ayudan a entender cuál es la situación laboral en Repsol. Así, en todas las categorías profesionales –a excepción de las mujeres administrativas–, el salario medio de sus trabajadores de España se vio reducido en términos absolutos en comparación con los datos del año anterior. De esta forma, el sueldo medio de los operarios –la categoría más baja– perdió 621 euros, pasando de 40.376 euros en 2019 a 39.755 euros en 2020. En el caso de las mujeres operarias, la bajada fue más acusada, perdiendo casi 1.500 euros de salario medio anual, un hecho que no hace sino incrementar la brecha laboral ya existente en Repsol.
Si atendemos a la remuneración media por tramos de edad, quienes han perdido mayor poder adquisitivo en términos absolutos entre 2019 y 2020 son los trabajadores y trabajadoras mayores de 50 años. Las mujeres de esta franja de edad vieron reducido su sueldo medio anual en más de 3.600 euros (de 56.209 euros en 2019 a 52.566 euros en 2020); los hombres, dejaron de ingresar de media unos 3.400 euros este pasado año (de 68.562 euros a 65.101 euros). Esta situación también se repite en mayor o menos medida en países como Perú, Ecuador o Bolivia.
En el caso de los menores de 30 años, las trabajadoras españolas sí aumentaron su salario medio, mientras que los trabajadores hombres se mantuvieron prácticamente igual. Hay que tener en cuenta, sin embargo, que sus sueldos son mucho más bajos que los de los empleados y empleadas más mayores.
De acuerdo, con José Avesada, secretario general de la sección sindical interempresas de CCOO en el grupo Repsol, el 7% del salario que perciben los trabajadores y trabajadores de la compañía depende del cumplimiento de objetivos: “Un 4% nos lo jugamos a cumplimiento de objetivo en las sociedades y un 3% en objetivos individuales”, explica. Defiende el sindicalista que la pandemia ha impedido incumplir dichos objetivos, lo que ha provocado la reducción del salario medio. A pesar de ello, defiende el modelo actual: “Hasta ahora y salvaguardando 2020, los trabajadores no hemos perdido poder económico”. En 2020 no tuvieron la subida salarial puesto que seguían con las tablas de 2019 y, en la actualidad, negocian el X Acuerdo Marco para los próximos años.
La compañía no ha respondido a las preguntas enviadas por este medio.
Un descenso en coberturas laborales
Atendiendo a los datos recogidos por Comisiones Obreras en uno de sus últimos estudios sobre el buen gobierno dentro del IBEX 35, en España, el 100% de la plantilla de Repsol está cubierta por negociación colectiva, algo que solo ocurre en otras 9 compañías de IBEX 35 –Acciona, Acerinox, Amadeus, Banco Sabadell, Bankia, BBVA, Indra, Mapfre, Másmóvil–. No sucede lo mismo a nivel global, donde un 13% de los y las trabajadoras se quedan fuera de este paraguas.
Asimismo, entre 2018 y 2019 se ha producido un descenso de los empleados que estaban cubiertos por comités de seguridad y salud laboral, pasando de un 100% a un 86,7%. Preguntados por esta cuestión, desde Repsol no han respondido a las preguntas.
También se recogen en el informe los índices de frecuencia y gravedad de los accidentes en las diferentes compañías del IBEX 35. Repsol, en España, tiene uno de los índices de frecuencia más bajos del selectivo bursátil, por debajo del 1, siendo el más alto el de Meliá Hotels con 29,77. No aporta, sin embargo, datos sobre la gravedad de los accidentes.
ERTEs pacíficos, ERTE conflictivo
Para José Avesada, los trabajadores y trabajadoras de Repsol consiguieron hace 25 años un importante “hito” para la negociación colectiva en materia laboral. Aunque Repsol es un holding de empresas –solo en España tiene 17 sociedades– el Acuerdo Marco estipula unas condiciones laborales para todo el grupo empresarial. “Hay algo que es vital dentro del acuerdo, y es una garantía de empleo que estipula que hay que reciclar a los trabajadores para evitar despidos”, explica.
Por primera vez en 25 años, esta cláusula no se ha activado. “Con la nueva realidad de transición energética, la empresa ha decidido no buscar más petróleo e intentar vivir de las existencias”, explica Avesada. La decisión afecta a unos 800 trabajadores, algunos de ellos con puestos “muy técnicos”: “Nos hemos encontrado con un ERE extintivo al que no se ha podido dar una solución no traumática. Finalmente, 37 personas se han quedado sin trabajo y ha sido un shock porque no estamos acostumbrados a esto”, explica. En Tarragona, sin embargo, a pesar del ERE por cierre de actividad, los 15 trabajadores sí han sido recolocados “porque eran perfiles mucho más compatibles”.
Asimismo, como consecuencia de la pandemia de la COVID-19 se han puesto en marcha ERTEs en Puertollano, A Coruña y Petronor que afectan a unos 800 trabajadores. De acuerdo con José Avesada, en los dos primeros sí ha sido posible llegar a un acuerdo, no así en Petronor, “donde hay conflicto”. En el caso de A Coruña, cuyo ERTE entró en vigor el pasado 11 de mayo, los sindicatos consiguieron reducir la cifra de trabajadores afectados de 212 a 112, así como el tiempo que estaría en vigor: de los seis meses iniciales a un máximo de cuatro meses y 20 días. Ese mismo 11 de mayo se puso en marcha también el ERTE en Puertollano para unas 600 personas, el cual finaliza el próximo domingo 20 de junio.
Coordinador de #yoIBEXtigo. Graduado en periodismo por la Universidad Complutense de Madrid y máster en Comunicación Política. Con la lupa puesta sobre las grandes empresas. Músico y extremeño.